Cuando pienso en diseñar un baño con un estilo rústico, siempre me asalta la duda de qué material elegir para las superficies, ¿cuarzo o granito? Ambos ofrecen una belleza incomparable, pero sus características difieren. En primer lugar, el granito es una roca natural que se extrae directamente de la tierra y se corta en bloques o láminas. Un baño rústico con encimeras de granito puede aportar una conexión inmediata con la naturaleza debido a sus patrones únicos y colores terrosos. Sin embargo, no todo el mundo considera viable esta opción, el granito necesita ser sellado regularmente, aproximadamente cada 3 a 5 años, para mantener su resistencia a las manchas.
El cuarzo, por otro lado, aunque no es completamente natural, se compone de un 90% de cuarzo triturado combinado con resinas y pigmentos. ¿Por qué alguien podría inclinarse hacia el cuarzo para un baño rústico? Una de sus principales ventajas es la durabilidad y el hecho de no requerir sellado, lo que reduce el mantenimiento a casi un mínimo. Es clave mencionar aquí que el mercado de encimeras de cuarzo ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años, incrementándose en un 15% según algunos reportes del sector.
Para quienes buscan no solo estética sino también resistencia y facilidad de cuidado, en mi experiencia, el cuarzo suele salir ganador. Si bien el costo inicial del cuarzo puede ser superior al granito, con precios que oscilan entre 70 y 100 euros por metro cuadrado, normalmente la inversión se compensa con la longevidad del material y el ahorro en mantenimiento a lo largo del tiempo.
Un ejemplo a destacar es el de empresas como Cosentino, que han innovado en el ámbito del cuarzo ofreciendo gamas que mimetizan las apariencias más naturales, procurando satisfacer a quienes buscan la esencia rústica. La industria ha avanzado mucho, y la tecnología permite crear superficies que replican la textura y apariencia de la piedra natural.
En resumen, si priorizo la autenticidad natural y no tengo inconveniente en mantenerlo a lo largo de los años, el granito se presenta como una opción solidaria. Pero si la idea es combinar rusticidad con practicidad y resistencia, el cuarzo definitivamente se perfila como el contendiente ideal.